¿Qué es el impétigo y cómo se manifiesta? 
Es una infección superficial de la piel, la cual es común en niños con edades comprendidas entre los 2 y los 6 años. Se puede dar en personas de cualquier edad, siempre que tengan heridas en la piel o sistemas inmunes con deficiencias. 
Se manifiesta con la aparición de ampollas pequeñas o pústulas, creando costras de color amarillo cuando las ampollas se rompen. La zona afectada se suele irritar y eso provoca picazón. 
En determinados casos, las lesiones se extienden por todo el cuerpo, algo que siempre hay que evitar. 
Dentro de las escuelas o en los lugares en los que se realizan actividades deportivas es muy contagioso. Por eso, es fundamental la prevención y el diagnóstico temprano. 
Causas y factores de riesgo del impétigo 
Como en toda infección, hay una serie de bacterias que son las responsables. En este caso son los staphylococcus aureus y streptococcus pyogenes, que siempre ingresan al organismo aprovechando heridas, picaduras de insectos o irritaciones en la piel. 
Además, hay una serie de factores de riesgo que aumentan la posibilidad de contraer impétigo. A los anteriores hay que sumar condiciones de higiene deficientes, contacto con personas infectadas y los climas cálidos y húmedos. 
¿Cómo se diagnostica el impétigo? 
Suele diagnosticarse de una manera muy sencilla y se hace mediante la inspección visual de las lesiones, las cuales son muy características. 
Hay casos en los que además habrá que realizar cultivos para saber qué bacteria es la responsable, e incluso hacer pruebas de sensibilidad a los antibióticos si se está en una zona con bacterias como el staphylococcus aureus, que es muy resistente. 
Tratamientos y cuidados para el impétigo 
Existen varios tipos de tratamientos, los cuales se pautan dependiendo de la gravedad de la infección. Cuando esta es leve, o muy localizada, se opta por los antibióticos tópicos que se aplican en las lesiones. 
Si la infección es más grave o se ha extendido mucho, lo mejor es dar a los afectados antibióticos orales. 
Para que esta infección se cure no solo hay que tomar medicamentos, sino que se requiere de una serie de cuidados: 
- Evitar rascarse, pues eso disemina la infección (esto será muy complicado en los niños más pequeños). 
 
- Mantener una excelente higiene en las zonas afectadas. 
 
- Lavarse las manos con regularidad y hacer lo mismo con las prendas de vestir. Se puede emplear un desinfectante para la ropa. 
 
- Es necesario restringir el contacto con otras personas hasta que las lesiones se hayan cerrado. De lo contrario, la infección se diseminará. 
 
Cuándo consultar a un dermatólogo 
En la mayoría de las ocasiones será el médico de familia el que se encargue de tratar la enfermedad. Sin embargo, a veces hay que buscar la ayuda de un especialista en la piel. 
Esto sucede si las lesiones se siguen expandiendo o no hay una evolución favorable al iniciar el tratamiento. La mejora debe ser rápida una vez que se aplican o se toman los antibióticos. Si esto no sucede, es un síntoma de que algo no va bien. 
También conviene ir al dermatólogo si hay fiebre o se siente un malestar general, lo cual puede ser producido por la infección por bacterias resistentes. 
Pese a que no es grave, el impétigo requiere de atención médica inmediata, pues de lo contrario se extenderá. A veces es necesario ir al dermatólogo, algo que siempre es más sencillo gracias a los seguros de salud privados.