Madrid, 20 de noviembre de 2025.- La automedicación se ha convertido en un hábito profundamente arraigado en la vida cotidiana de millones de personas en los últimos años. Aunque puede parecer una solución rápida ante molestias comunes, esta práctica encierra riesgos que suelen subestimarse: diagnósticos erróneos, efectos secundarios graves, resistencia a los antibióticos y una creciente desinformación sobre el uso adecuado de los medicamentos. De hecho, el VIII Estudio de Salud y Vida de Aegon confirma que la automedicación sigue siendo una práctica habitual entre los españoles ya que un 37,1% de la población declara haber consumido algún medicamento sin prescripción.
Atendiendo al tipo de medicación, el grupo más numeroso lo forman quienes consumen medicamentos con un 18,5% mientras que el grupo que opta por productos homeopáticos o de origen natural asciende hasta el 14,3%. Un 4,3% de la población declara consumir ambos tipos de preparados, una opción menos frecuente pero aún presente en el conjunto de las respuestas.
Mujeres, jóvenes y personas con trabajo son los que más recurren a la automedicación
Por variables sociodemográficas, las mujeres (41%) se automedican más que los hombres (33%). Además, el grupo con mayor número de personas que recurren a tratamientos sin prescripción es el de los jóvenes adultos de entre 26 y 40 años (41,3%). En cambio, entre los que tienen entre 18 y 25 años, se produce un descenso significativo respecto al 2024: la automedicación cae más de 15 puntos porcentuales. Por el contrario, el porcentaje de personas de más de 65 años que consume algún tipo de medicación sin prescripción asciende 4,5 puntos porcentuales hasta situarse en el 33,1%. La situación laboral también influye en el grado de automedicación ya que esta es más habitual entre quienes trabajan (40,1%) que entre quienes no (32,6%).
Por comunidades autónomas, Cataluña (45,2%), Madrid (42,4%) y País Vasco (42,3%) concentran los mayores porcentajes de personas que se automedican. En el extremo opuesto, Navarra (23,5%), Canarias (24,9%) y Aragón (28,6%) registran los valores más bajos. Cabe señalar que, tanto en Navarra como en Canarias, no se observa consumo combinado de medicamentos y productos homeopáticos o naturales: quienes se automedican optan únicamente por una de las dos categorías.
Saber lo que les recetaría el médico es el mayor motivo para automedicarse
Analizando los motivos, la que más señalan es creer saber de antemano lo que les recetaría el médico en función de los síntomas (36,5%). A continuación, un 28,3% considera que lo que le ocurre no es lo suficientemente grave como para acudir a consulta y opta por medicarse por su cuenta seguido de aquellos que destacan los largos tiempos de espera para obtener una cita médica (23,1%).
Analizando los resultados según el perfil, se observan diferencias por género. En el caso de las mujeres, la principal razón es que conocen lo que el medico las recetaría. Por el contrario, ellos son más despreocupados sobre los síntomas que ellas. Un 32,6% de los hombres piensa que no le pasa nada grave, mientras que el porcentaje para las mujeres se sitúa en un 25%. En el caso de las listas de espera también hay diferencias: un 27,6% de ellos la aluden y un 19,7% de ellas.
La situación laboral es un gran condicionante a la hora de acudir o no a la consulta médica. Se observa que entre las personas que se automedican y trabajan, la pérdida de tiempo cobra mayor relevancia: un 25% menciona que evita acudir a consulta por esta razón. Sin embargo, la cifra de personas que no van a consulta por este mismo motivo se reduce casi a la mitad entre las personas que no trabajan (16,2%).
Un dato que destacar es que el 44,6 % de las personas mayores de 65 años afirma automedicarse porque ya sabe lo que el médico le va a recetar en función de los síntomas que tiene, siendo este el porcentaje más alto entre todos los grupos de edad. Esto indica que, más que por ahorrar tiempo (solo el 10,2 % lo hace por no perder tiempo en ir a la consulta), su decisión se justifica en la experiencia acumulada y el conocimiento previo de su tratamiento.
En cuanto a los motivos, más de la mitad de las personas que se automedican lo hacen para aliviar síntomas o dolores ocasionales (54,1%, la cifra más reducida desde 2021, con una bajada de 17 puntos porcentuales). También es frecuente el uso de preparados sin prescripción para tratar enfermedades leves o puntuales (53,6%) mientras que aquellos que recurren a la automedicación para tratar síntomas psicológicos se sitúan en el 23% de la muestra, su máximo desde 2021 (dobla la cifra correspondiente a ese año, del 10%).